VENECIA (2013)

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Una vez que viajas a Venecia, lo único que quieres es volver. Viajar no es siempre conocer. De hecho, yo empecé a disfrutar de esa ciudad cuando me perdí entre sus callejuelas. Era el tercer año que asistía al festival de cine y decidí alquilar una casa en El Ponte Rialto y estar en la ísla de Lido solo para los temas de trabajo. Fue mi mejor decisión. Desde ese día, la ciudad de los canales se convirtió en mi segunda casa.

LA «GRAVEDAD» DE CLOONEY

Por fin he visto GRAVITY, la película de Alfonso Cuarón (que estará presente en el festival de San Sebastián), interpretada por Sandra Bullock y George Clooney. Digo ¡por fin! porque se viene hablando de ella desde hace meses. Cuando un estreno llega tan promocionado mediaticamente, se crea una aureola de expectación que no siempre es beneficiosa porque coacciona la natural y virgen predisposición que uno tiene al ver algo por vez primera.

Alfonso Cuarón, Sandra Bullock y George Clooney (GRAVITY, Warner Bros)

Siempre procuro que estas cosas no me afecten porque yo voy al cine como espectadora, nunca con capacidad ni actitud de crítica porque  para eso ¡ya hay muchos expertos! que a veces, cuando les leo, me da la sensación de haber visto otra película. Yo cuento lo que veo, cómo lo siento e intento transmitirlo, posiblemente no siempre con acierto. La gente, después de leer nuestras impresiones, debe ir a la taquilla, comprar su entrada y valorar por sí mismo lo que ve. Uno puede sugerir, pero no condicionar. Como no me gusta que me lo hagan a mí, procuro no cometer ese error con los demás.

Dicho ésto, no voy a hablar de la importancia de la luz cenital en los planos de la nave espacial de GRAVITY (película electrizante, tensa, sin respiro hasta el final) sino de uno de sus protagonistas, George Clooney. Ese hombre que eclipsa a quien tiene al lado. Hombre o mujer ¡da igual!. Tiene el privilegio de poseer un aura que le hace diferente. El arranque del festival está centrado en él y me temo que va a ser difícil superar, con otra celebridad, la expectación que ha levantado el actor desde que llegó. A pesar de ser un asiduo a la Mostra, donde ya forma parte del paisaje habitual, el chico de Kentucky sigue revolucionando al personal en cuanto asoma su pelo cano por alguna esquina.

Desde hace unos cuantos años no se aloja en Lido ni en Venecia. Elije el lujoso hotel Cipriani, a las afueras de la ciudad de los canales, donde se mueve tranquilo sin temor a flashes indiscretos. Le acompañan la modelo Cindy Crawford y su marido Rande Gerber, un impresionante californiano que surcó con el actor el Gran Canal en la mañana de la presentación de la película. Hasta el atractivo de George eclipsó el imponente físico del segundo marido de la modelo. Nunca entenderé cómo esta chica dejó escapar a Richard Gere, por muy espectacular que sea su actual pareja. Que lo es!

Capitaneando la motora del hotel Cipriani, Clooney llegó al embarcadero del hotel Excelsior (el único con esa opción en Lido), donde cambió su camiseta «Tequila CASAMIGOS» (de la que es propietario) por un Armani, con camisa clara con finas rayas, mas «ad hoc» para presentarse ante los periodistas. Photocall del equipo y rueda de prensa en la que su ironía y saber manejar las preguntas incómodas quedó, una vez más de manifiesto. Reconoció que es dueño de un satélite («lo utilizamos para ayudar a solucionar el grave conflicto de Sudán»), que no le ha sorprendido el inminente ataque a Siria por parte de Obama («sabía que podía suceder, era mi temor») y que «no es el momento de opinar sobre la elección de Ben Affleck como el nuevo «Batman«. Tal vez por no recordar uno de los borrones más significativos de su curriculum profesional, porque su pasado en la ficción de ese comic «que ha sido lo peor que he hecho en mi vida», como ha confesado en más de una ocasión. Reconocerlo es un buen comienzo. También en eso es diferente..

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