Antes de conocerla ya la admiraba. Luego, al tratarla, me declaré fan incondicional. Desde su casi 1’80 de estatura podría mirar al mundo por encima del hombro, pero su cercanía y normalidad rompe todas las barreras. Se confiesa despistada, doy fe de que lo es, pero le perdonas hasta tener que recordarle que tiene un mail más veces de las imaginadas. Da por perdida la batalla de que la llamen ‘reina de las mañanas’, pero su trabajo en ellas y otros horarios la ha posicionado como la ‘reina de los Ondas’. Al margen de otros reconocimientos, dos de estos galardones ya están en su vitrina. Y ahí no hay quien le gane.
http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2018/01/30/5a53a0e0e2704ebd248b45d2.html